08 Abr CNTA en Alimentaria: los avances en la incorporación de principios de sostenibilidad a través del eco-score y el ecodiseño
La concienciación por la sostenibilidad está cada vez más presente en la industria alimentaria y en el consumidor final. Ante este creciente interés surgen iniciativas para lograr un sistema que permita al consumidor conocer el grado de sostenibilidad, como es el denominado eco-score, o acciones como el ecodiseño. De todo ello, nuestra experta de CNTA, Esther de Paz, ofreció en Alimentaria las claves fundamentales en un Reto Tecnológico a debate en el que quedó patente que las empresas ven complicado la implementación de un procedimiento estandarizado para etiquetar el grado de sostenibilidad de un producto.
Fernando Caballo, técnico de Vanguardia y Tendencias de CNTA
fcaballo@cnta.es
El sistema eco-score y el ecodiseño fueron los protagonistas de uno de los Retos Tecnológicos a Debate de Alimentaria 2022 de CNTA. Esther de Paz, investigadora de I+D de CNTA, ofreció los detalles de estas dos iniciativas, en una mesa de debate en la que participaron representantes de empresas como Tutti Pasta, Aneto, Best Medical Diet o Froxá.
Fundamentos del eco-score
Nuestra compañera explicó a los asistentes en qué se fundamenta el eco-score, un sistema que permite al consumidor conocer el grado de sostenibilidad de un producto. Esta iniciativa surgió de un grupo de jóvenes en Bélgica y ya se puede ver, solo a través de una aplicación denominada OpenFoodFacts, en productos de la distribuidora belga Colruyt, en artículos de Lidl, solo en sus supermercados de Berlín, o ya en nuestro país en más de 1.000 productos de Mercadona, en más de 400 de Carrefour y en cerca de 250 de Eroski.
De Paz incidió en que el eco-score está basado en “un modelo muy similar al Nutri-score, mediante un logotipo en forma de hoja, con códigos de colores que van desde el verde oscuro (menos impacto medioambiental) al rojo (más impacto), además de incorporar una letra, que va de la A (huella medioambiental muy baja) a la E (huella muy alta)”.
La puntuación máxima que puede obtener un producto alimentario con este sistema es de 100 puntos y ese resultado sale de una evaluación de su ciclo de vida, que tiene en cuenta las 6 etapas de producción del mismo (desde la agricultura hasta el consumo) y 14 indicadores de huella ambiental, además de un sistema de bonificaciones o penalizaciones relacionados con impacto positivo o negativo sobre el medio ambiente.
Dudas con el eco-score
Los diferentes participantes en esta mesa a debate mostraron interés por este sistema de puntuación medioambiental, aunque vieron algunas lagunas al mismo. Una de las dudas que surgieron es cómo se realiza exactamente esta puntuación, ya que las empresas no están implicadas en el Eco-score, con lo que la baremo lo determina un grupo externo.
Ante estas cuestiones, nuestra experta de CNTA explicó que “está iniciativa es muy general. Resulta muy complejo estandarizar y resumir algo tan amplio en una etiqueta, además no es 100% real y crea desconfianza en las empresas”.
Asimismo, nuestra compañera resaltó que “las compañías se basan, para ser más sostenibles, en la legislación vigente, por ello se preocupan más de aspectos como la huella de carbono, la huella hídrica o la huella ambiental”.
Avance en materia de sostenibilidad a través del ecodiseño
Otra iniciativa de la que se hizo eco Esther de Paz es el ecodiseño. Esta acción trata de la mejora de la sostenibilidad en las primeras etapas del desarrollo de los nuevos productos. Ese progreso en materia medioambiental se realiza mediante la combinación de tres factores: los medioambientales, los económicos y los sociales. Asimismo, de la Paz argumentó que “el 80% de los costes económicos de un nuevo producto se define en su etapa de diseño y el 80% del impacto medioambiental se determina también en el diseño del artículo”.
Esperanza en el ecodiseño
Durante el Reto Tecnólogico, las empresas participantes vieron la utilidad del ecodiseño y su puesta en marcha en un futuro más o menos próximo e indicaron que esta iniciativa “es mejor que la de eco-score”, además de tener puestas bastantes esperanzas en que sirva para incrementar la sostenibilidad de la industria alimentaria.
Por ello, Esther de Paz comentó a los presentes que sería interesante realizar “esa reflexión previa de mejora en las primeras etapas del diseño del producto para tener un mayor grado de sostenibilidad del mismo”.