
08 Feb Ideas, proyectos, tecnologías y legislación para luchar contra el desperdicio alimentario
Recientemente, CNTA acudió al evento ‘FoodRus: Reduciendo el desperdicio alimentario’, en donde se habló de diferentes propuestas para luchar contra el desperdicio alimentario como la valorización de subproductos, el diseño de aplicaciones o el nuevo Proyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario. Te contamos lo más destacado de esta cita en este post del blog.
Lucía Mormeneo, técnica de Calidad y Seguridad Alimentaria de CNTA
En la Unión Europea se desperdician casi 59 millones de toneladas de alimentos al año, lo que equivaldría a 131 kilogramos de residuos por persona y año.
Para 2030, la Unión Europea se ha propuesto, a través de una propuesta legislativa (que se encuentra en negociación entre el Parlamento y el Consejo Europeo) “reducir la generación de residuos alimentarios (basándonos en datos de 2020) en un 30% per cápita, conjuntamente en la venta minorista y otros tipos de distribución de alimentos, en los restaurantes y servicios alimentarios, así como en los hogares, y en un 10% la generación de residuos alimentarios en la transformación y la fabricación”, según señaló Cristina Lisetchi, Policy Officer at European Comimssion, en el evento ‘FoodRus: Reduciendo el desperdicio alimentario’, celebrado en Cordovilla (Navarra).
Con ello, se pretende perseguir, en lo posible, la meta 12.3 del ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) en la que se establece: “reducir a la mitad la pérdida y desperdicio de alimentos para 2030”, aunque como señaló Lisetchi “a pesar de los compromisos que hemos asumido hasta la fecha para lograr este objetivo y todas las medidas que hemos tomado, lamentablemente el progreso no está siendo tan rápido”.
Pero, ¿cómo se puede avanzar en conseguir esos objetivos?
Una solución que está ganando en importancia es el upcycling o valorización de subproductos. Durante la cita, Inés Echeverría, directora de Innovación de CNTA, puso en valor “la importancia de ofrecer un enfoque integral para que las empresas den pasos seguros para luchar contra el desperdicio alimentario”. Además, en su intervención explicó diferentes proyectos en los que está participando como son:
- Cofresh: en el que, junto con la Universidad de Bolonia, se ha desarrollado una nueva bebida en base a mandarina a través de la valorización de un subproducto del zumo de esta fruta, utilizando un mínimo procesado y fermentación.
- Circfood: en el que se están investigando y desarrollando vías de valorización de residuos y subproductos de origen vegetal, generados en Navarra, para su reutilización en la cadena alimentaria.
Por su parte, Borja Linaje, director del Área de Tecnología de Superficies y Materiales avanzados de AIN, habló sobre otros proyectos de valorización. Más en concreto, se refirió a uno que versaba sobre “la industria de refinado de los aceites”, en el que consiguieron “mejorar el proceso, mediante la nanotecnología”. Para ello, utilizaron “una serie de enzimas que actúan como biocatalizadores, siendo capaces de reciclarlas mediante el uso de tecnología de campos magnéticos”.
Otro caso de éxito que se vio fue el de Ingredalia. Miguel Ángel Cubero, director general de la startup, explicó cómo transforma los restos del brócoli para producir ingredientes funcionales.
Así, expresó que logran extraer del brócoli moléculas (como el sulforafano, un rico antioxidante y antiinflamatorio), con propiedades saludables, que se encapsulan para que puedan ser incorporadas a otros alimentos, otorgándoles propiedades benéficas sobre la salud de las personas, previniendo o reduciendo el riesgo de enfermedades.
Con otro enfoque para evitar el desperdicio alimentario, conocimos el caso de Oreka. Denis Ugalde, CEO y fundador de la startup, explicó que han desarrollado “una app que permite a las empresas donar de manera segura su exceso de alimentos”. Esta aplicación “reporta datos claves para que las empresas aumenten su rentabilidad (mediante Big Data recopilan datos que mejoran sus decisiones de compra)”, indicó.
Y en cuanto a materiales, Fernando Vázquez, gerente de Desarrollo de Negocios de FeltWood Ecomateriales, presentó un nuevo material, fabricado con fibras vegetales, el cual es “es renovable, reciclable y biodegradable y una alternativa al plástico”. Para lograr ese envase, convierten en materia prima los desechos que no se aprovechan durante la recolección o el procesado de frutas y verduras para posteriormente moldearlo y obtener el producto final.
Una ley que genera expectación e incertidumbre
Durante el evento se habló y mucho sobre el Proyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario. El borrador inicial se aprobó por el Congreso en la anterior legislatura y llegó al Senado donde se propusieron una serie de enmiendas, pero decayó por la disolución de las Cortes Generales.
En la actual legislatura tendrá que ser aprobado de nuevo en las cámaras antes de su aprobación definitiva y publicación en el BOE. Este Proyecto de Ley se publicó el 19 de enero de 2024 en el Boletín Oficial de las Cortes Generales, estableciendo un plazo de enmiendas, por un periodo de quince días hábiles, que finaliza el 17 de febrero de 2024. Se estima que este Proyecto de Ley entre en vigor el 2 de enero de 2025.
Ana Díaz Pérez, subdirectora general de Calidad y Sostenibilidad Alimentaria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) señaló que la nueva ley establecerá estas obligaciones:
- Plan de prevención para todos los agentes de la cadena alimentaria.
- Jerarquía de prioridades: implantación de medidas para minimizar las pérdidas identificadas, siendo la prioridad máxima: la prevención de los excedentes y después el fomento del consumo humano.
Estas dos obligaciones son: “la piedra angular del Proyecto de Ley”, indicó Díaz Pérez.
Asimismo, en FoodRus se pudo conocer las primeras impresiones que genera este Proyecto de Ley. Para Alejandro Utrera, gerente del Clúster FoodService, este Proyecto está generando “expectación, ya que pone orden y ayuda a concienciar al consumidor, fomenta la donación, la redistribución de los excedentes de cocina, etc.”, pero también indicó que “se debe seguir trabajando en soluciones sectoriales en trazabilidad, compostaje, ayudas, mejorar la concienciación o la información”, entre otras.
Por su parte, Jon Ander Egaña, director general del Basque Food Clúster, señaló que “las empresas tienen mucha incertidumbre”, respecto a la nueva ley. En su opinión, “se debe poner el foco en saber qué acciones pueden tener mayor efecto”. También, consideró que “el acompañamiento” es primordial. Otro aspecto muy importante es “cuantificar el dato, y en eso hay que ayudar mucho a las empresas, ya que muchas no lo saben hacer”, concluyó.
Por último, Sandra Aguirre, directora general de Nagrifood, definió como “un hito” la creación de un marco regulatorio para un tema tan importante como es el desperdicio alimentario. Y opinó que las empresas tienen que ver este Proyecto de Ley como “una oportunidad de innovar y avanzar”.