
22 May Jornada AEC: Una mirada integral a la nueva Ley de Desperdicio Alimentario
El pasado 13 de mayo se celebró en Madrid la jornada «Nueva Ley de Desperdicio Alimentario: impacto, retos y oportunidades», organizada por la Asociación Española para la Calidad (AEC) en colaboración con AUREN. El evento reunió a representantes del sector público, empresas alimentarias, centros tecnológicos y entidades sociales para abordar desde múltiples ángulos la inminente entrada en vigor de la Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, así como las oportunidades que plantea la digitalización para reducir el desperdicio.
María José Sáiz, responsable de Nuevas Aplicaciones Analíticas de CNTA.
La sesión fue conducida por David Verano, presidente del Comité Agroalimentario de AEC, quien destacó que esta ley está alineada con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 12, orientado a garantizar una producción y un consumo responsables. Subrayó la necesidad de concienciar a consumidores y agentes de la cadena sobre el impacto del desperdicio, especialmente en los tramos finales, donde la confusión entre la fecha de caducidad y la de consumo preferente provoca pérdidas evitables.
Detalles de la nueva Ley y su implementación
Marta Pérez González, subdirectora adjunta de la Subdirección General de Calidad y Sostenibilidad Alimentaria (MAPA), desgranó los puntos clave de la nueva ley. Recordó que el desperdicio en hogares se mide desde 2015 y anunció la publicación en junio del informe correspondiente a industria y distribución. Explicó que el eje central de la ley es la jerarquía de prioridades: prevenir antes de gestionar. Esto consiste en evitar la generación de desperdicio mediante criterios de producción, gestión y compra racionales, o bien mediante la transformación de productos no vendidos en otros. Una vez generado el desperdicio, entra en juego la gestión de excedentes, priorizando siempre la donación para consumo humano frente a otros usos como la alimentación animal, el compostaje o la valorización energética.
Todas las empresas sujetas a la ley estarán obligadas a elaborar un plan de prevención, que deberá partir de un autodiagnóstico para identificar dónde se generan desperdicios y excedentes, y establecer medidas concretas para prevenirlos. En caso de que se produzcan, el plan deberá detallar cómo se aplicará la jerarquía de prioridades.
También apuntó a que el objetivo final de la ley no es sancionar a las empresas, sino fomentar procesos más eficientes y con un mejor rendimiento, para lo que se está desarrollando una guía de apoyo y un listado de preguntas frecuentes en la web del Ministerio.
Sobre el control y la supervisión, indicó que aún se están valorando fórmulas con las comunidades autónomas, aunque probablemente recaerá en los servicios de inspección del fraude o consumo.
Inteligencia artificial para medir y predecir
Jocelyn Auguste, Business Development Manager en Orbisk, presentó una solución basada en IA para medir el desperdicio alimentario en bufés, comedores escolares, hospitales o restaurantes. La herramienta combina visión artificial y pesaje: una cámara situada sobre el contenedor toma imágenes de los alimentos desechados mientras se registra su peso. Esto permite identificar tipos de residuos y establecer planes de mejora con datos objetivos bajo el lema “sin medición no hay mejora”.
Por parte de CNTA, nuestra compañera María José Sáiz Abajo, responsable de la línea de Calidad y Seguridad Alimentaria 4.0 de CNTA, presentó las estrategias basadas en aplicación de imagen hiperespectral y algoritmos de IA enfocadas a la predicción de parámetros de calidad y vida útil de los alimentos. Con dichas tecnologías y haciendo uso de la IA, se pueden entrenar modelos que predigan, mediante una sola foto, el estado actual de un producto y el tiempo restante hasta su decaimiento o final de vida útil. En concreto se presentaron varios casos de vida útil en mango y frutas de hueso, realizados en un proyecto financiado por el MAPA y otros casos del proyecto IRIS-EDIH que facilita la incorporación de tecnologías digitales a las pymes y está financiado por la Unión Europea y el programa PADIH.
Visión empresarial: mesa redonda con múltiples perspectivas
En la mesa redonda, los ponentes coincidieron en que la nueva ley debe entenderse como una oportunidad para mejorar procesos, ganar eficiencia y reforzar el compromiso social. La obligación de donar excedentes se valoró positivamente, especialmente para los bancos de alimentos, que requieren herramientas más precisas para gestionar adecuadamente las donaciones.
Vanessa Espinar (FESBAL) presentó la plataforma “Plan B”, que conecta empresas donantes con organizaciones receptoras, garantizando la trazabilidad y la seguridad alimentaria en todo el proceso.
Desde CODAN, Isidoro Carretero subrayó su lema “la comida no se tira” y explicó cómo reutilizan subproductos en sus productos y aplican tecnología NIR en línea para reducir mermas, en colaboración con CNTA.
En el caso de SERUNION, destacaron el uso de la app “Too Good To Go” para evitar el desperdicio de alimentos al final del día, así como los retos que plantea la donación de platos preparados, que requieren conservación en frío. Están desarrollando soluciones tecnológicas para prolongar la vida útil y facilitar su aprovechamiento.
Por parte de ALDI, Eduardo Mas remarcó la importancia de las herramientas de previsión de demanda y del control logístico para reducir mermas. En 2024 donaron 4.000 toneladas de alimentos (unos 10 millones de raciones) y promueven el uso de la app “Aldi Sabrosas Sobras”, que sugiere recetas para aprovechar los alimentos disponibles en casa.
Educación y conciencia: claves para el cambio
Durante la jornada también se abordó el papel fundamental del consumidor. La confusión entre fecha de caducidad y consumo preferente sigue siendo una de las causas más relevantes de desperdicio. Se señaló la necesidad de campañas formativas rigurosas y claras, aunque todos coincidieron en que no es fácil que el mensaje cale. En Alemania ya existen iniciativas que fomentan el consumo más allá del consumo preferente, pero se requieren criterios muy precisos para garantizar la seguridad del consumidor.
Espinar concluyó recordando que los 54 bancos de alimentos de FESBAL llevan años gestionando excedentes para consumo humano, y que esta ley puede reforzar su capacidad de acción. Subrayó que el objetivo último no es solo reducir el desperdicio, sino avanzar hacia el cumplimiento del ODS 1: erradicar la pobreza extrema.
Además, si sois socios de CNTA, podréis acceder a nuestro informe especial sobre puntos clave de la ley, disponible en Alinnova, nuestra plataforma de vigilancia tecnológica.